Estas imágenes corresponden a la Sala de Quimioterapia, que tiene el Instituto Nacional del Cáncer, lugar donde diversas mujeres deben asistir cada 21 días para detener el crecimiento del cáncer, que las mantiene durante 3 a 4 horas inyectadas recibiendo profundas drogras.
Las salas no cuentan con calefacción. El ruido de las enfermeras preparando drogas distrae a los pacientes, pues sin música, televisión o una revista actual, sobrellevar esas horas en un sofá desgastado lo hace cada vez más inhóspito.
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